Elsa Marincovich. Arte y Poesía.

Blog personal de Elsa "Tita" Marincovich donde publica sus obras: pinturas, escritos y poesía.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Disyuntiva

     Algo extraño me paso en la noche de la madrugada, no acaba aun de amanecer, las estrellas permanecían titilantes en la oscuridad a través de la ventana. Me desperté confundida entre dormida soñaba. Pero mi mente conmocionada, me hacia oír una arenga por los desvalidos, los ignorados. Reclamar con la forma de sentir, de ver la vida, con la asignatura de los que sucede cada día. La tristeza, la desigualdad vista desde el desamparo.
     Ellos, los pobres, están en la periferia, como escondidos, pero su presencia se adivina como si fueran los últimos, ¿lo son? ¿Los responsables los ven? ¿O pueden no verlos? Nos lleva a un desequilibrio moral. Los pobres de pobreza, de miseria, de educación y soledades, esperando la tierra prometida que no se da. Que bueno sería vivir en la orilla del río, con la corriente del agua cristalina,que circula rozando las costas como primitivamente se formaban las tribus y los pueblos, porque era la forma de saciar su sed.
     ¿No podría ser así....? ¿Soñar?
     Cómo imaginar las noches sin pan, ni agua que cualquiera alcanzaría aun sediento. Cuantos los enviarían, otros que en mejores condiciones hacinados ni siquiera pueden ver el cielo. Ellos son los que no tienen lugar propio "o propio del lugar". Mejor imaginarlos medio vestidos o medio desnudos, pero no se puede negar, porque se ven con los adelantos de la tecnología. Se sabe por las voces de los que tienen vos. Ellos viven en el silencio, tienen temor de hablar, su tono es bajo,limitado, los rompen en el hartazgo, entonces salen a gritar su amargura, para saciar la desesperanza. No tienen ningún derecho, pero votan. Son los miserables de la miseria infrahumana, incrustados en las orillas de los riachos, donde corre agua de la basura. Después hablamos de los seres humanos, del adentro, del ser, ¿ellos que son? Se confunden con la realidad o con la irrealidad; como ser o cucaracha.
     Hablan, prometen milagros, (groserías), les leen cuentos de hadas, de gnomos, de Caperucita Roja ¡NO!, porque le llevaba a la abuela la mantequilla y pastelitos y el lobo se la comió. Hay una ruptura profunda, dolorosa sobre la vida del hombre como genero. Ellos los pobres que todavía pueden sonreír; los niños que los veo compartir con otros jugar en los desechos en su entorno descalzos. Siento pudor de decir hambrientos, viven de la migaja de los otros y de las nuestras. Tengo que hacerme cargo de lo que digo. Es bueno sentir la culpa. Pero sentirán culpa los otros, los responsables. Para eso están en sus puestos, alguien les cedió el lugar de realizar y disponer. También me pregunto, ante la pobreza, ¿porque tanta desidia? La naturaleza les proporciona el espacio, el canto libre de los zorzales, churrinches y chorlos, al tejer sus nidos sostenidos en las ramas de los árboles, que crecen naturalmente a orillas del río, con el hechizo de la noche a la luz de la luna. Es claro, hay quien puede hacer un poema aunque sea infeliz. Pero cuando el hambre araña como garras la mente, el estómago y el alma, ¿cómo ver la vida con que mirada?. El frío del invierno debe helar hasta el subconsciente... mientras espera que salga la cigarra de la tierra y se ponga a cantar para que le llegue en forma mágica la felicidad.         

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