Me encanta que hayan
venido a mi exposición. Esta no es exterior, nace desde adentro.
Narrar parte de mi vida
en el arte de desarmar lo vivido, son recuerdos inolvidables de un pasado
venturoso. Alzar la mirada a aquellos lejanos anos de una bohemia cultural,
compartida con artistas y maestros reconocidos, fortalecieron mis aspiraciones
y fueron los momentos donde se proyectaron entre aciertos y errores un romance
con la vida y con el arte.
En esa época nos reuníamos en Pergamino en el Museo Municipal de Bellas Artes. Recibiamos clases
de pintura con Gustavo Gochet, artista de Rosario, un tiempo después con
Salvador Benjuya, clases de Escultura con Ruben Locaso, ambos artistas de
Buenos Aires.
Un encuentro casual
con el pintor Demetrio Urruchúa fue lo que me llevó a concurrir a su taller en
Buenos Aires. Dejó en mi un profundo sentimiento, lo admire por su psicología y
su vehemencia en la palabra. Su figura era avasallante.
En consecuencia hoy,
después de muchos anos dedicados a la pintura comparto las sugerencia, análisis
de las obras y coordinación de mis producciones con el artista Marcelo Maira,
con quien suelo tener amenas charlas sobre el arte.
El hacer en la
pintura, induce a cierta técnica, pero en la búsqueda está la realización,
donde se apuesta a la sensibilidad y a la pasión. Así fui pasando por sucesivas
etapas, desde lo clásico a la abstracción, siempre recreando la obra en
distintas técnicas.
Lo siento
emotivamente, al llegar transformada gratamente a mis sentidos. En esta última
etapa al transmitir con convicción el arte geométrico, lo manifiesto con más
profundidad en la escritura lineal de rectas y curvas como base de una
composición abstracta. Luego la colocación el centro de todas las sensaciones,
al plasma el color en busca del objetivo deseado.
De modo que en el
tiempo de estar frente al caballete, para comenzar a trabajar sobre un lienzo
en blanco, mi mente permanecen en suspenso para poder entrar a un nuevo
encuentro, cubrir de color una superficie de formas, con la creatividad emotiva de poder lograr un
final feliz.
Para finalizar quiero
dejar esta frase de Lacroix: “El arte es un medio de comunicación y es
precisamente por saberse dolorosamente solo, es que el artista quiere hacerse
oir de los demás hombres”.
Por último, quiero
agradecer a mi familia que me incentivó y ayudó a organizar esta muestra. A
Mirta y Norma siempre presentes, a mi hija y mis nietos que diariamente me
ayudan a continuar con esto que tanto amo hacer.
Y sin dudas agradecer
al Municipio, a la Secretaría de Cultura y a la gente que hoy está a cargo del
Museo, siempre dispuesta a colaborar.
Y a todos ustedes por
estar aquí esta noche. Gracias.
Tita.
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